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Los amores de mi vida |
El viejo habrá tenido entre cincuentaymuchos y pasados los sesenta, y me miraba con expresión irónica y su dedo sobre mi modesta cajita de cereales Adelgazul con hojuelas & frutas. Me sentí pasada a llevar casi de inmediato, no tanto por lo que le importe a él mi peso y lo que me eche a la boca, como por el tono burlón en que fue capaz de hablarme. Como pude me recompuse y lo único que se me ocurrió responder dio paso a un diálogo más o menos así:
-No, caballero, es que no tienen azúcar.
-Já! Esque el azúcar engorda, y tú quieres ser flaca.
-No, usted no entiende, éstos me gustan y tenía que dejar el azúcar porque...
-A mí me gusta, me encanta el azúcar. Mejor que te guste éste - e indicó un helado de chocolate que estaba por pagar -A mí me encanta.
-Pero yo no...
-Jajajajaa! Tú quieres ser delgada, eso te pasa.
Y el muy infeliz se dio vuelta, algún otro comentario hizo y se fue después de pagar a la cajera. Me sentí cuando menos, violentada. Y me dio rabia conmigo y mi "respeto a la gente mayor" por no haberle escupido algo más defensivo a la cara, como que a él qué le importa que yo, o cualquier mujer coma o deje de comer. Como que le importe acaso mi talla, peso y tipo de contextura, que se vaya a la cresta y ahí se quede mejor. Pero no pasó nomás.
Eso me dejó pensando
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Mira qué cosa más rica... a quién le importa ser flaca! |
Es divertido, en una cultura como la nuestra donde no sólo la delgadez es aceptable, si no que es el "ideal" del cuerpo femenino, símbolo de belleza y status social, parece ser aceptable "hacer bromas" respecto a los cuerpos que cumplean con esa característica.
No sólo el viejo con el que me topé hy en la fila, si no que en general, se escuchan comentarios del tipo dirigido a cualquier mujer, en cualquier parte. Como que tuvieran alguna culpa (ya sea porque se cuidan o por predisposición genética) de ser flacas mientras el resto "sufre" por no poder serlo. Y e parece un tema serio, e igual de horroroso que su contraparte (lo que los gringos llaman "fat-shaming", que es básicamente humillar y evidenciar cuando una persona tiene sobrepeso). "Pero si es flaca, cualquiera quisiera tener ese cuerpo" ¿y eso da derecho a cualquiera a cuestionar sus elecciones alimenticias/de vestuario/deportivas/etc? Porque por otro lado, nadie (o muy poca gente y bastante cruel, por cierto) sería capaz de decirle a una mujer gorda que deje esa hamburguesa donde está, en un patio de comidas, por ejemplo. Y es de una hipocresía terrible que como sociedad consideremos tabú y abiertamente cruel cuestionar a alguien por ser gordita, mientras que a la delgada le gritan que se coma unas cazuelas.
Quiero ser clara en algo: no fue hasta que empecé a hacer deporte que entendí lo que era una alimentación sana y empecé a preocuparme por darle a mi cuerpo lo que necesitaba (que no es azúcar, por si quedan dudas). Y si bien mi peso jamás ha excedido de los 48 kilos (no es que eso le importe a nadie, pero como dato sirve), yo también he tenido mis luchas internas al respecto. Y escuchar comentarios del tipo "cómete un completo!" tampoco es que me ayude mucho moralmente. Hay mujeres que con anorexia y todo, cuando alguien les apunta su evidente falta de peso, se sienten vulneradas igual que si les dijeran cualquier otro defecto. Es un tema de respeto.
De no hacernos los tontos, sólo porque a alguien sí podemos cuestionarlo ya que de seguro "no le va a molestar, total todos le tenemos envidia", mientras que a otra persona, nos limitamos a mirarla de reojo y velando cualquier expresión de disgusto, si es que es "rellenita" pero decidió que era buena idea comerse un chocolate en un lugar público. Uno nunca sabe qué pasa realmente en el mundo interno de los demás, sea flaca o gorda o chica o alta.
Y me enrabia, que en especial aquí en Santiago la gente se crea que puede opinar de todo. Que ya hubiera estado bueno agarrarle la guata a ese viejo copuchento y decirle que obvio no quiero llgar así como él, y que por eso me gusta comer lo que me canten las pelotas y que nadie me venga a joder de nuevo, con qué cara.
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